Rusia ha vuelto a sembrar el terror en Ucrania en uno de los bombardeos rusos más masivos y mortíferos de las últimas semanas. Al menos 23 personas han muerto y 65 han resultado heridas en un ataque masivo con misiles contra Kiev, en el que también ha sido dañado un hospital infantil, situado en pleno centro de la capital. Cientos de niños han tenido que ser evacuados, algunos de ellos enfermos de cáncer en pleno tratamiento de quimioterapia.
Siete de los fallecidos perdieron la vida al alcanzar un misil ruso un edificio de varias plantas del distrito de Dniprovski, en Kiev, en el que operaba una clínica. Otros dos muertos son dos adultos que se encontraban en el hospital infantil y siete personas más murieron en el distrito de Solomianski, al impactar un proyectil ruso contra un edificio de varias plantas de la capital. Las autoridades no han revelado las circunstancias en que han perdido la vida las cuatro víctimas restantes.
Además, Rusia también ha atacado otras ciudades de Ucrania, entre ellas Krivói Rog, ciudad natal de Volodímir Zelenski, donde 10 personas han muerto y 41 personas han resultado heridas. Otra persona ha muerto en la ciudad de Dnipró, en el centro del país, por el impacto de un misil contra un edificio de viviendas de varias plantas.