Bernardo Arévalo de 65 años es por fin presidente de Guatemala. El mandatario juró su cargo en una ceremonia, en el centro cultural Miguel Ángel Asturias, que empezó cerca de la medianoche tras una larga jornada en el Congreso, que acumuló un retraso de nueve horas y se extendió por más de 12, y en la que algunos diputados escenificaron un espectáculo, que muestra cómo operan las fuerzas que el mandatario llevaba meses denunciando que trataban de evitar su investidura.
El intento de algunos diputados de torpedear el traspaso de mando fue transmitido y denunciado al minuto por las delegaciones internacionales, que llegaron a acompañar al nuevo mandatario. El largo retraso provocó, sin embargo, que algunos de los invitados se fueran antes de la juramentación, como el Rey de España, que abandonó el teatro pasadas las 22.30 (hora local), o el presidente chileno, Gabriel Boric, quien se excusó diciendo que debía regresar a su país.
Nacido en Montevideo (Uruguay) e hijo del expresidente guatemalteco Juan José Arévalo (1945-1951), el actual mandatario ganó las elecciones de agosto de manera sorpresiva con la promesa de combatir la corrupción que lo corroe todo en Guatemala y poner freno al autoritarismo, en auge en los últimos años. No lo tendrá fácil con parte el poder judicial en contra y minoría en el Congreso. Texto tomado de Diario el País