AGÓNICA SALVACIÓN DE PORTUGAL ANTE UNA CHEQUIA EFICAZ Y AMURALLADA

La agitación del descaro juvenil y la certeza de que no había nada que perder salvaron a Portugal de convertir su primer acto en la Eurocopa en una tragedia. Fue un rescate agónico el que creó a la carrera Pedro Neto para asistir a Francisco Conceiçao, el más eléctrico de los portugueses para resucitarles. No podía ser el equipo de Cristiano Ronaldo el único de los favoritos que doblara la rodilla y se dejara puntos, aunque por momentos lo hubiera merecido.

Al ralentí quiso Portugal arrancar a jugar, casi como si fuera el ritmo que necesitaba Cristiano en su sexta Eurocopa. La estrella fue el delantero titular y la misión encomendada parecía crearle las ocasiones hasta que apareciera su tino. Chequia renunció desde el pitido inicial a gobernar el ritmo y se conformó con parapetarse bien ante la meta de Stanek. Se hundía, pero muy consciente de que ése era el plan. Y luego, si acaso, lanzar alguna escapada a la contra buscando la espalda de los carrileros lusos para servir el balón a Schick. El delantero del Bayer sólo tuvo una en toda la primera parte y fue un testarazo muy forzado a centro del lateral del West Ham Coufal, el checo más contundente. Le dio para avanzar en la orilla pero, sobre todo, para parar a Rafael Leao por donde Portugal amasó el juego.

Salió valiente Roberto Martínez, con tres centrales, Cancelo moviéndose en la medular y Vitinha dirigiendo el juego que iba y venía, buscando a Bruno Fernández, a Bernardo Silva o al propio Leao, sin perder la posesión pero sin meter el acelerón que desmoronara el muro de los checos. Apenas lo agrietaron con un cabezazo forzado de Cristiano en el mismo arranque, un centro raso de Leao por la frontal del área pequeña que no embocó nadie porque Krejic, el central del Girona, lo evitó, y un disparo lejanísimo de Rubén Dias.

20 minutos de madurar el partido y sobar la pelota como en un entrenamiento para que Diogo Costa fuera un espectador más. Es como si los portugueses se conformarán con tener la pelota amarrada al pie y hacerla ir y venir como un parabrisas bajo la intensa lluvia que caía sobre el Leipzig Arena. Les costaba desatarse. Probó Bruno Fernández con un disparo desde el pico del área y una recuperación de Bernardo le lanzó a la carrera para que sacara un centro-chut al que no llegó Leao. No se descomponía el equipo de Ivan Hasek, pero se tuvo que sujetar al meta Stanek. Primero por un pase filtrado de Vitinha a Cristiano en el punto de penalti que atajó. No tardó Ronaldo en devolverle el favor con un taconazo atrás para que el cerebro del PSG intentara disparar, imposible tarea bajo la presión de Coufal y Provod. Aún tuvieron la última antes del descanso en un córner en corto que Cristiano remató y Stanek salvó.

Artículo de EL mundo para seguir leyendo: https://www.elmundo.es/deportes/futbol/eurocopa/2024/06/18/6671c4dee9cf4a614b8b45a8.html

 

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